Este texto lo escribí hace como dos años. Pero como hoy es el cumpleaños 61 de mi amigo ahí va:
EL GIGANTE
EL GIGANTE
Dar los nombres de mis dealers es como compartir el amante. Esto de confesar mis picadas se ha vuelto todo un proceso de desapego y generosidad. Puedo cachiporrearme con mis nuevas /antiguas adquisiciones, pero de ahí a contar cómo, dónde y CUANTO!……. Acumular “tesoros”, según algunos envidiosos Mal de Diógenes, va acompañado de una serie de sentimientos y satisfacciones, me lleno de orgullo, me late el corazón hasta siento una leve excitación. Lamentablemente no todos llegan en buen estado, todo lo contario. Recién ahí empieza el desafío.
Pensando en las personas que decoraron su espacio en módicas cuotas, con enchapados, trupanes y demases, para esos que no se esforzaron mucho y se conformaron con los regalos de la lista de novios, para los que nunca han buscado. He aquí la primera y más cómoda clase de CACHUREOS. En la esquina de las calles Colón con Uruguay, hay una tienda repleta de antigüedades, atendida por su dueño Alfredo o el Gigante, es tan grande y tan alto que por unos instantes la tienda pasa a segundo plano, después de salir del shock y entablar amistad, empiezas a descubrir la infinidad de objetos. Todo tipo de muebles, cajitas, loza, copas, botones, fotos, etc. Los precios varían dependiendo de la disposición y buena onda que tenga el cliente, pues un tocador con espejo biselado, puede costar 70 ó 50 mil pesos. La mayoría de los muebles necesitará retoques posteriores, los que pueden ser tratados con los duendes de Alfredo o con esta Lola Carpintera.
Las cosas han cambiado un poco desde que escribí esto, resulta que hace un año y tanto vino el terremoto y el local de Alfredo quedo completamente destruido. Pero como dicen por ahí, no hay mal que por bien no venga. El Gigante instalo su tienda en su casa en Recreo (Viña del Mar), su casa es como de cuento así que ya pueden imaginarse como quedó su casa- local. Por mi parte trabajo mucho con él y me encargo de poner mi toque en sus muebles.
Pensando en las personas que decoraron su espacio en módicas cuotas, con enchapados, trupanes y demases, para esos que no se esforzaron mucho y se conformaron con los regalos de la lista de novios, para los que nunca han buscado. He aquí la primera y más cómoda clase de CACHUREOS. En la esquina de las calles Colón con Uruguay, hay una tienda repleta de antigüedades, atendida por su dueño Alfredo o el Gigante, es tan grande y tan alto que por unos instantes la tienda pasa a segundo plano, después de salir del shock y entablar amistad, empiezas a descubrir la infinidad de objetos. Todo tipo de muebles, cajitas, loza, copas, botones, fotos, etc. Los precios varían dependiendo de la disposición y buena onda que tenga el cliente, pues un tocador con espejo biselado, puede costar 70 ó 50 mil pesos. La mayoría de los muebles necesitará retoques posteriores, los que pueden ser tratados con los duendes de Alfredo o con esta Lola Carpintera.
Las cosas han cambiado un poco desde que escribí esto, resulta que hace un año y tanto vino el terremoto y el local de Alfredo quedo completamente destruido. Pero como dicen por ahí, no hay mal que por bien no venga. El Gigante instalo su tienda en su casa en Recreo (Viña del Mar), su casa es como de cuento así que ya pueden imaginarse como quedó su casa- local. Por mi parte trabajo mucho con él y me encargo de poner mi toque en sus muebles.
1 comentario:
entretenida la historia del gigante y sus duendes, nosotros (yo y nava) hemos comprado algunas cosillas en ese ex local, y no tenia idea que ahora estaban en recreo, suerte y gracias por el "dato"
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